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domingo, 22 de junio de 2014

Microrelato: Frozen Land (Parte 1).

Evelyn clavó sus claros ojos en el frío y desierto lugar, sintió como sus pequeños pies se hundían y a la vez se helaban en la espesa capa de nieve que impedía la movilidad de sus cortas piernas. Se preguntó así misma como había llegado a ese lugar, mientras intentaba encontrar una respuesta lógica en su cabeza. Pero el frío había congelado su cerebro y no le dejaba pensar en nada más que no fuese como calentarse. Se abrazo así misma para entrar en calor, pero nada de eso funcionó para que su cuerpo se calentara y sus agrietados y morados labios dejasen de tiritar al son del castañeo de sus dientes.
-¿Piensas quedarte aquí parada todo el día?- Preguntó una dulce y sonora voz femenina e infantil. Evelyn volteó su cuerpo en un angulo de 180º.
-¿Quién eres?- Añadió preguntando inocentemente a la pequeña niña que se encontraba justamente en frente de ella. Aunque sus minúsculos ojos le hicieron recordar a alguien un tanto familiar, creyó no haberla visto nunca. Ella respondió con una carcajada que intento disimular tapando su boca con una de sus manos.
-Debes colocarte eso, si no quieres pasar más frio- Señaló dirigiéndose hacia el suelo cubierto de blanco.  Eve volvió a girarse y consiguió ver la prenda que se encontraba arrugado.
-Pero eso… no… no estaba ahí- Dijo desconcertada a la pequeña que aun seguía señalando aquel gabán arrebujado. Sin más rodeos ni preguntas se lo colocó, como por arte de magia su cuerpo regreso a la temperatura normal y los tiritones cesaron al fin.
-¿Cómo puedo volver a casa?- Consultó sintiéndose estúpida al preguntar tal cosa a una niña a la que seguramente le doblaba la edad.
-No puedes, no hasta que juegues conmigo- Contestó mirándole a los ojos.
-Lo siento, no…- Eve recordó lo que dolía un no como respuesta cuando eres pequeña y más si se trataba de relacionarse con alguien, ella nunca fue una niña popular, fue el bicho raro que nadie quería a su lado. –Lo siento, no tengo tiempo, debo regresar a casa- pretendió ser lo menos dura posible. Contempló como los ojos de la niña se le humedecían mientras interpretaba una falsa sonrisa ahogada.
-Aunque quizás aun tenga algo de tiempo- Quiso calmarla, el rostro de aquella pequeña volvió a desprender felicidad, felicidad que anteriormente había sido arrebatada.
-Te ayudare a regresar a casa, primero tenemos que atravesar el bosque- Dijo inquieta.
-¿Qué bosque? Pregunto Eve, ese lugar estaba repleto de nieve y dudaba la existencia de un bosque a kilómetros de ese lugar.
-Ese- Volvió a señalar.
-No puedes ser- pensó cuando se giró. Tras ella había aparecido un extenso bosque que anteriormente juraría no haber visto.
-Vamos venga, date prisa Eve-  Aun seguía embelesada por lo que había emergido de la nada hace unos segundos, el tirón de brazo de la niña hizo que despertara del shock. Se preparó y comenzó a caminar tras la pequeña que ya había comenzado el camino. El cielo empezó a oscurecerse, unas nubes de un color tan negro como el carbón lo inundaron. Eve no estaba del todo decidida a adentrarse a uno de sus mayores temores, pero no tenia otra opción si quería regresar a casa.
-¿Me has llamado Eve? Nunca te he dicho mi nombre.- Paró en seco, la pequeña giró su cabeza dejando entre ver una pícara sonrisa.

4 comentarios:

  1. Hola Catalina, primero que todo agradecerte tu tiempo tanto en leer como en comentar. Este relato aparecio de la nada en mi cabeza,quizas pueda continuarlo y quizas no, las ideas van y vienen cuando menos lo espera. Puedo seguirlo mañana o quizas dentro de X meses,ya que este blog se centrara en otros ''proyectos'' a parte de esta histora. Espero haber resuelto tu pregunta y espero que te gusten las cosas que siga subiendo. Mil Gracias y un beso.

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  2. Nada es casual....Todo tiene un origen y pertenece a la Cuasalidad y tu debes de ser mas realista Fernando

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    Respuestas
    1. Muchas gracias, por tu tiempo. Estoy abierto a todo tipo de críticas. No entiendo a que te refieres con ser más realista, esta historia es totalmente de ficción, aunque tú te referirás quizás a otra cosa.

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